Esta vez publicare el final del libro, nunca se hace pero es mas maravilloso la felicidad, así el lector querrá saber como paso el hombre dicho recorrido en toda su existencia, y que realmente vale la pena hacer

En el final de este libro,

Mario llega al final de Shambaylla, habla con Jesús, y este le dice:

- ¿Quieres Conocer Shambaylla?

- Claro que si, bien sabes que es mi sueño, mi vida, lo que siempre anhele poder tener durante mis largas existencias – le contesta Mario

Mario Insistía tanto, pues sus ganas de conocerlo le cegaban de todo, aun sabiendo que estaba ante un gran hombre, no podía dejar de mencionar Shambaylla.

Mario:

- Tantos recuerdos he tenido en mis sueños señor, tantos paisajes hermosos, muchísimos lugares maravillosos, el gran bosque, la gran escultura, los seres amorosos, los niños eternos, la fuente de la juventud y vida eterna, escuchar al propio padre decirnos cuantos nos ama.

- ¡sí! quiero que me lo muestres Jesús decidme todo de él, cuanto hay que quiero decir y que me enseñes.

Mario Insistía tantas veces como era necesario, para animar al maestro a decirle la verdad, este se asentó muy serio y comento:

- Ven Mario, sígueme, que te diré donde esta todo lo que tanto amas.

Caminaron unos minutos hasta legar a una piedras de la montaña, eran enormes, atónito Mario pero seguro con el maestro no comentaba nada, ya que lo veía demasiado misterioso, se acercaron a una cueva y entraron en ella, había bastantes jeroglíficos de todas las culturas, era inmensamente bello aquel lugar que por fuera no se veía, Mario estaba muy serio pero por dentro le quemaba el alma de alegría, la cual aceptaba todo lo que tuviera que pasar para poder entrar en su Shambaylla. Al final del túnel se encontraron con una piedra enorme, habría de pesar unas 5 toneladas, en su parte principal, parecía haber una pantalla, Jesús la toca y le llama por su nombre:

"yagnec galava, yogkunotav dog kitra Vqekezcce"

La pantalla de piedra empieza a vibrar y se empieza a llenar de un líquido verde claro, sin haber nada que la limite, ella misma se ordena y se pone recta. Ante su gran brillo empieza a mostrar el portal a Mundo Shambaylla. Jesús le dice:

- Ven acércate Mario, esto es lo que quedo de “Mundo Shambaylla”

Mario, silencioso no podía dar crédito a lo que estaba viendo a través del portal, su rostro estaba caído, derrotado, por lo que estaba frente a sus ojos, la imagen de todo lo que había en su menta desvanecía poco a poco, Shambaylla estaba totalmente destruido, y la humanidad ya no existía en el, pareciere que le fue quemado, aun se veían pequeños rastros de humo.

Triste se tira de rodillas, y en silencio observa al maestro, con sus lágrimas que le cegaban de todo. Le pregunta: ¿En verdad es Shambaylla?

- Tú los has dicho – insiste Jesús – Shambaylla está en nuestro interior, todo ello es un espejismo del hombre. Busca Shambaylla dentro de ti y lo veras, Búscalo a tu alrededor de ti y lo encontraras. Aun aquí mismo lo podéis ver.

- No es verdad maestro, lo que me acabas de enseñar no es real. Si existe, yo he estado allí antes, recuerda todo lo que me decías hace ya bastantes siglos, recuerda que baje del cielo mismo, a visitar la tierra, a conocer a mis hermanos, convivir con ellos y buscar la felicidad eterna.

- Compruébalo por ti mismo, entra al portal.

Mario no se rendía, no era convencido de que aquella imagen era el mundo de donde una vez estuvo, se acerca a la piedra y viendo el rostro sereno del maestro, dice:

- Esto es una ilusión, un espejismo, Shambaylla es Real.

El agua estaba Caliente pareciese lava, pero él se avienta al portal, y cae en otra superficie tan blanda como el algodón, era pasto Shambayllano, Mario se había transportado a un mundo maravilloso, se levanto y observo detenidamente todo, las caras de las personas eran exactamente iguales a como las recordaba en sus pinturas, al acercarse a ellas la máscara desaparecía como una ilusión, retornando a su forma original, pues el casco protegía al exterior de la inmensa luz emitida por ellos.

Los niños jugaban alegremente, se corretean, a lo lejos se ven papalotes en el cielo, el clima es agradable, todos son felices.

Mario voltea hacia el portal que poco a poco se desvanecía, y la imagen de Jesús también tomaba forma de casco ovalado, al mismo tiempo que se empezaba a hacer cada vez más pequeño, le saludaba y se despedía con la palma de su mano.

El corrió hacia el portal y le dijo:

Gracias, gracias por todo, valió la pena todo el sacrificio de tantos siglos de búsqueda, gracias por traedme, dame tu bendición y promete regresar conmigo, recuerda como antes si estábamos juntos.

- Siempre hemos estado juntos, a donde mires siempre estaré yo y vuestro padre, se feliz, que ya lo tenéis todo. Amad a todo cuanto ser este a vuestro lado. Mientras tengas amor allí estaré contigo, aquí en Shambaylla sobra amor, aquí no hay maldad, son seres todos de luz. Así mismo me despido Mario y pronto regresare contigo, “PAZ INVERENCIAL

El portal fue descendiendo lentamente mientras Mario corría, corrió tan feliz por todo el pasto, todos los seres le conocían, y le contaban historias de cuanto habían estado con él en la tierra, Mario se tiro al pasto, dirigió su mirada al cielo hermoso, y sus lagrimas de felicidad salían. Se toco su corazón y saludo al padre y le dijo:

“Gracias Forma 7, Paz Inverencial”

Fue todo lo que logre ver de aquel personaje que ahora vive en las nubes moradas bajo del cielo eterno de Shambaylla, pronto, ojala vuelva a nuestro mundo que le necesitamos bastante, necesitamos sus pinturas, para que cada vez que las veamos, nos recuerden que todos tenemos un Shambaylla Personal en el alma, un mundo maravilloso donde todos quisiéramos estar, y él lo logro, sus imágenes hoy son preciadas en al mundo del arte, son autenticas fotografías de la luz. Bueno hasta aquí termino, es todo lo que conocí de aquel ser de luz, ojala todos encuentren su Shambaylla.

Fin.